Asociaciones protectoras de animales se movilizaron en 12 provincias del país para reclamar contra una polémica medida ordenada por la ciudad neuquina de Colonia Nueva Esperanza de matar 1.100 perros. Las autoridades aseguran que el sacrificio es necesario para frenar un brote de leptospirosis.
La polémica medida para matar perros fue aprobada a partir de una emergencia sanitaria declarada en Neuquén luego de dos casos de leptospirosis, una enfermedad que mayormente transmiten los roedores y a veces los perros a través de la orina.
La ordenanza municipal habilitó el exterminio de perros por cuatro meses. Además, ya se planea organizar una matanza de otros 100.000 perros en 5 años.
Hoy debía empezar el primer tramo de la medida y durante cinco días se sacrificarían 220 animales que presuntamente fueron entregados por sus propios dueños.
La matanza representaría una quinta parte de los 1.116 perros que está previsto matar en los próximos cuatro meses, según un relevamiento municipal que se hizo en 185 puestos de Colonia Nueva Esperanza.
Sin embargo y a partir de la polémica generada, esta tarde el municipio salió a desmentir la medida.
• Si hay perros callejeros, si existe un exceso de población canina no controlado, es porque no se tomaron en su momento las medidas del caso, utilizando adecuadamente los recursos:
1. Censando a la población canina
2. Castrando, por lo menos, al VEINTE POR CIENTO (20 %) de la población censada
3. Identificando a la población y a sus eventuales dueños
4. Generando todos los mecanismos de educación formal, no formal e informal, sobre la tenencia responsable de los animales de compañía y el bienestar animal.
La matanza como método de control de cualquier población sólo aumenta el número de esa población a mediano plazo. Se entiende, entonces, que, además de inútil, ineficaz e ineficiente, esta medida también es cruel, antiética y, sobre todo, innecesaria. Todo ello lo transforma en un asesinato masivo.
La polémica medida para matar perros fue aprobada a partir de una emergencia sanitaria declarada en Neuquén luego de dos casos de leptospirosis, una enfermedad que mayormente transmiten los roedores y a veces los perros a través de la orina.
La ordenanza municipal habilitó el exterminio de perros por cuatro meses. Además, ya se planea organizar una matanza de otros 100.000 perros en 5 años.
Hoy debía empezar el primer tramo de la medida y durante cinco días se sacrificarían 220 animales que presuntamente fueron entregados por sus propios dueños.
La matanza representaría una quinta parte de los 1.116 perros que está previsto matar en los próximos cuatro meses, según un relevamiento municipal que se hizo en 185 puestos de Colonia Nueva Esperanza.
Sin embargo y a partir de la polémica generada, esta tarde el municipio salió a desmentir la medida.
• Si hay perros callejeros, si existe un exceso de población canina no controlado, es porque no se tomaron en su momento las medidas del caso, utilizando adecuadamente los recursos:
1. Censando a la población canina
2. Castrando, por lo menos, al VEINTE POR CIENTO (20 %) de la población censada
3. Identificando a la población y a sus eventuales dueños
4. Generando todos los mecanismos de educación formal, no formal e informal, sobre la tenencia responsable de los animales de compañía y el bienestar animal.
La matanza como método de control de cualquier población sólo aumenta el número de esa población a mediano plazo. Se entiende, entonces, que, además de inútil, ineficaz e ineficiente, esta medida también es cruel, antiética y, sobre todo, innecesaria. Todo ello lo transforma en un asesinato masivo.
Gracias a Stephanie Righetti por la información.
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